sé donde está la espera
que muele la niebla del olvido.
Sé de la rabia del cielo
Conozco el fantasma
el perro rabioso de la indigencia
el hambre muerta
y la rabieta de hambre de otros.
Conozco el camino de los desandados
y la ceguera de Dios en mi frente.
Conozco la esquina de la espera,
la estufa de leña
con la que se cocina el hambre del alma.
Conozco esa tierra silente
que quedo muda para siempre.
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