en la tarde,
arrastrado grilletes
en las sombras.
Un silencio
que zumba y grita
en la mudez
de las calles.
Aveces ronco
y quebrado
como la muerte
a tu lado...
Aveces
murmurando
en la noche
penetrando
y rompiendo
agujeros.
Es la voz sin palabra,
el quejido muerto
de la tristeza,
quebrándose
en otras formas.
Es la sintaxis
del infinito
que nos asoma
la vos
del alma.
.
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